Genoma
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¿Qué es el genoma?
Diez billones de células, cada una con 46
cromosomas.
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De manera muy general, se dice que el genoma es todo el ADN de un organismo, incluidos sus genes, unos treinta mil en el caso de los
humanos (hasta hace poco se pensaba que eran sobre ochenta mil).
Al decir "todo el ADN" de un organismo se tiende a pensar en
"el ADN de todas las células" (sumadas) del organismo, lo cual es
cierto, pero con una salvedad, el ADN de todas ellas es el mismo, por lo tanto, en cada célula está contenido el genoma.
Con excepción de los glóbulos rojos, los cuáles no tienen núcleo, el genoma humano está localizado en el núcleo de cada célula diploide del
cuerpo.
Los humanos poseemos diez billones de células. Cada célula tiene
un núcleo en el que se almacena la información genética en 46 cromosomas organizados en 23
pares de cromosomas y que constituyen lo que se conoce como el genoma humano.
Dentro de cada cromosoma hay un número determinado de genes, unos que generan
proteínas y otros que regulan distintos procesos. El cromosoma desplegado
muestra una doble hilera de ADN en forma helicoidal.
En cada hilera se disponen las cuatro bases de información genética: adenina, citosina, guanina y timina que se identifican
con sus letras iniciales (A, C, G y T), sin orden preestablecido y se combinan con las de la otra hilera. La
distribución diferencia unos genes de otros, y las variaciones en la
frecuencia, a unas personas de otras.
En cuanto se descubre el orden y de qué forma se combinan se
produce la secuenciación. Se estimaba que el genoma humano comprende unos 3.200
millones de secuencias base.
Un cromosoma.
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Proyecto Genoma humano
No fue sino hasta 1956 que se conoció el número correcto de cromosomas
humanos. A través de su representación gráfica —esto es un cariotipo— se puede
determinar el número, tamaño y forma de los cromosomas e identificar los pares
homólogos (cada uno formado por dos cromátidas hermanas unidas en sus
centrómeros).
Los cromosomas tienen distintos largos y son ordenados de mayor a menor
para su numeración, y su tinción permite advertir bandas claras y oscuras
alternativamente.
El Proyecto Genoma Humano es una investigación internacional que busca
seleccionar un modelo de organismo humano por medio del mapeo de la secuencia
de su ADN. Se inició oficialmente en 1990 como un programa de quince años con
el que se pretendía registrar los, hasta ese momento supuestos, ochenta mil
genes que codifican la información necesaria para construir y mantener la vida.
Los objetivos del Proyecto fueron:
• Identificar los aproximadamente cien mil genes humanos en el ADN. (Se
pensaba que ese era el número de genes).
• Determinar la secuencia de tres billones de bases químicas que
conforman el ADN.
• Acumular la información en bases de datos.
• Desarrollar de modo rápido y eficiente tecnologías de secuenciación.
• Desarrollar herramientas para análisis de datos.
• Dirigir las cuestiones éticas, legales y sociales que se derivan del
proyecto.
A partir de este proyecto se han suscitado análisis éticos, legales,
sociales y humanos que han ido más allá de la investigación científica
propiamente dicha.
James Watson y Francis Crick descubrieron la
estructura de la doble hélice del ADN.
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El propósito inicial fue dotar al mundo de herramientas trascendentales
e innovadoras para el tratamiento y prevención de enfermedades.
En realidad, ya se sabe que muchos caracteres son determinados por
varios genes actuando en forma conjunta, y afectados cada uno de ellos y/o el
conjunto por otros genes que inhiben o inducen su expresión y gradúan la
frecuencia de tal manifestación; a ello debe sumársele la acción del medio
ambiente (espacio y tiempo) que condiciona, él mismo, la expresión génica. No
obstante, algunos secretos se han develado y permanentemente siguen haciéndolo.
Estado de la investigación
Los rápidos avances tecnológicos aceleraron los tiempos y la fecha final
(14 de abril de 2003), dos años antes de lo previsto, coincidió con el
quincuagésimo aniversario del descubrimiento de la estructura de la doble
hélice del ADN por James D. Watson y Francis Crack (1953).
De este modo, se ha logrado el mapeo casi completo del ADN, el genoma
humano está completo y el Proyecto Genoma Humano, finalizado. Un boceto del
genoma se había anunciado el 6 de abril de 2001 con gran fanfarria en la Casa
Blanca. Pero en ese momento sólo se había descifrado algo más del noventa por
ciento.
El anuncio marcó el fin de una aventura científica que comenzó en
octubre de 1990 y se pensó llevaría quince años. Watson, que se transformó en
el primer director del Proyecto Genoma Humano en los Institutos Nacionales de
Salud de los Estados Unidos, se encontraba presente en una conferencia para
celebrar la ocasión. El había perseguido esa meta, dijo, sabiendo que la
enfermedad de un familiar nunca sería tratable hasta que "entendamos el
programa humano para la salud y la enfermedad".
Ahora, el consorcio internacional de centros de secuenciación del genoma
produjo una secuencia extensa y altamente exacta de lostres mil cien
millones de unidades de ADN que componen el
genoma y rellenó todos los lugares en blanco. Los datos, que abren una nueva
era de la medicina, serán de libre acceso en los bancos de datos genéticos.
Otros genomas,
también.
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El primer boceto contenía la mayoría de los genes humanos y era útil
para los investigadores que buscaban un gen en especial. Pero los biólogos
insistieron en que frecuentemente tenían que hacer más secuenciación en las
regiones del ADN en que estaban interesados.
Ahora, la versión completa es mucho más exacta y puede utilizarse
directamente. Los genes y otros importantes elementos del genoma están casi
todos en su posición correcta, un requerimiento vital para los investigadores
que intentan localizar un gen que contribuye a una determinada enfermedad.
Los científicos alabaron al Proyecto Genoma Humano por haber continuado
trabajando duro durante tres años más y producir un recurso de enorme valor
para la investigación. Pero varios subrayaron que, incluso si el proyecto está
completo, el genoma no lo está. Las partes del genoma que todavía faltan son de
menor importancia, pero muchos biólogos quisieran verlas secuenciadas antes de
poner el punto final.
Cuando el boceto del genoma humano fue presentado, el consorcio de
científicos lo llamó el libro de la vida, y a cada cromosoma
un capítulo. En la edición publicada ayer, pequeñas secciones del comienzo,
medio y final están en blanco, junto con alrededor de cuatrocientos párrafos
cuyos textos faltan, a pesar de que el largo de los párrafos faltantes es
conocido.
El doctor Francis Collins, director del centro del genoma humano de los
Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, dijo que la tarea se
había cumplido y que el Proyecto Genoma Humano sería disuelto. La era de la
secuenciación en gran escala del ADN había terminado, afirmó, a pesar de que
los proyectos de investigación continuarían desarrollando tecnología para
llenar los espacios faltantes.
El doctor Huntington F. Willard, experto en el cromosoma X, de la
Universidad Duke, dijo que la secuencia actual del genoma era un "logro
trascendente", pero que no se debería declarar el "trabajo
completo" hasta que lo estuviera. Por su parte, el doctor Evan Eichler,
biólogo computacional de la Universidad Case Western, afirmó que "para la
gran mayoría de los usuarios, éste es, de hecho, el final". Pero, como
Willard, dijo que el trabajo en el genoma debería continuar hasta que cada base
estuviera en su lugar. La tarea podría llevar entre diez y veinte años.
Nicholas Wade, “The New York Times” – “La Nación”
La gran sorpresa
Las bases de la infomación genética.
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El número de genes ha sido precisamente la gran sorpresa que se ha
llevado la comunidad científica: entre treinta mil y cuarenta mil, muy lejos de
las cifras que hace tan sólo unos meses se barajaban de entre 80.000 y 140.000.
Lo que significa que el ser humano posee sólo 13.000 genes más que una animal
mucho más simple, como la mosca drosóphila. Y del chimpancé y otros primates
nos separan alrededor de uno por ciento de los genes.
Según la revista Nature, grandes tramos del genoma humano parecen haber
sido virus, al tiempo que genes que codifican un mínimo de 223 proteínas pueden
proceder de bacterias. Así, el genoma humano sería el resultado de una mezcla
primigenia de virus y genes de bacterias.
Al comparar el genoma humano con los genomas de la drosóphila o una
lombriz, se ha visto que las diferencias esenciales entre los tres tienen que
ver con la regulación del desarrollo, la función neuronal, la hemostasis, las
reacciones inmunes adquiridas y la complejidad citoesquelética.
El inesperadamente bajo número de genes facilitará, por otra parte, su
estudio en detalle, y simplificará el proceso de determinación del componente
genético de enfermedades como el cáncer o el Alzheimer, según el profesor de
Genética de la Facultad de Biología de la Universidad de Valencia, Manuel Pérez
Alonso.
Respecto a las diferencias entre los seres humanos, el estudio del
genoma se ha realizado a partir del material genético de cinco personas, dos
hombres y tres mujeres: dos caucasianas, una negra, una asiática y una
hispano-mexicana.
Se ha comprobado que los seres humanos, independientemente de su raza,
comparten el 99,99 por ciento de los genes. Un humano de otro se diferencia tan
sólo en 1.250 bases, de un total de más de tres mil millones, cerca del 0,01
por ciento, con lo que personas de diferente raza pueden ser más similares
genéticamente que dos individuos de la misma etnia.
Ilustración
explicativa.
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Hasta el 97 por ciento del ADN no contiene genes, o son muy pocos, con
lo que, aparentemente, parecen inútiles a la hora de codificar proteínas. Es lo
que se denomina ADN basura, y podría desempeñar una función importante en la
trasmisión de información entre genes.
Por otra parte, más de un tercio del genoma (35,3 por ciento) contiene
secuencias repetidas. Hecho del que no se conoce bien la función. El cromosoma
19, por ejemplo, es repetitivo en el 57 por ciento.
Implicancias del Proyecto Genoma Humano
y la ingeniería genética
Un segundo objetivo a alcanzar por el Proyecto Genoma Humano es orientar
toda la investigación genética en beneficio de la humanidad, logrando un
diagnóstico precoz y eventualmente la curación de las enfermedades llamadas
hereditarias y otras, como el cáncer, que quizás guardan relaciones menos
claras con los genes.
Todo ello mediante la terapia génica, que tiene cuatro acepciones: la
somática (tratamiento de las células enfermas), la germinal (para evitar la
trasmisión hereditaria de enfermedades), la perfectiva (manipula los genes para
mejorar ciertas características) y la eugénica (que busca mejorar cualidades
complejas del individuo, tales como la inteligencia). Además, la ingeniería
genética permite la creación de productos transgénicos, por modificación del
ADN de organismos de diferentes especies (soldando partes de cada uno) que dan
origen a una molécula recombinante que luego logra multiplicarse.
Respecto del diagnóstico precoz de enfermedades, a través de sondas de
ADN y anticuerpos monoclonados En la actualidad existen laboratorios privados
en diferentes partes del mundo que efectúan de rutina el aislamiento de
mutaciones genéticas asociadas a cáncer.
Aunque los resultados de las pruebas para detectar mutaciones asociadas
a cáncer son todavía imprecisos, se ha determinado con toda claridad que
existen familias con cáncer de mama hereditarios que presentan el gen BRCAI,
que determina el 85 por ciento de posibilidades de padecer cáncer de mama y el
45 por ciento para el cáncer de ovario.
Estudios similares se están realizando en cáncer de colon y de próstata,
así como para enfermedades neurológicas degenerativas (distrofia muscular,
corea de Huntington, enfermedad de Alzheimer), trastornos cardio-vasculares y,
por supuesto, SIDA.
Código genético, ¿símil con un código de barras?
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En el ámbito de la terapia génica farmacológica, destacan los siguientes
hallazgos:
• Una nueva generación de vacunas: bacterias o virus con un gen activo
extirpado, que permite producir reacciones moderadas de inmunidad. Ya ha salido
al mercado una para la hepatitis B y se trabaja en vacunas para la malaria,
encefalitis y, por supuesto, Sidas.
• Fármacos obtenidos de manipulación genética, tales como la insulina,
la hormona del crecimiento y el Interferón.
&b ull; Desarrollo en el campo de la neurobiología molecular de los
neurotransmisores, para posible uso en enfermedades psíquicas.
• Obtención de activadores tisulares, tales como el t-PA ("tissue
Plasmigen Activator") activador de los plasmígenos que puede ayudar en la
evolución del infarto.
• Los anticuerpos monoclonados, además de su uso en diagnóstico, pueden
ser usados en enfermedades infecciosas, al poder ser dirigidos a zonas
específicas del organismo.
De más está decir las implicancias sociales, políticas, legales y
—particularmente— éticas, que éstas y otras líneas de investigación podrían
tener en la actitud de las personas, que verían la posibilidad de extirparse
órganos sanos ante la posibilidad cierta de contraer cáncer en algún momento de
su vida, o, peor aún, experimentarían la oscura expectativa de que se les
diagnostique una condición de esa naturaleza sin poder hacer más que esperar su
aparición, con las fatídicas consecuencias previsibles. Junto con esto, la
utilización comercial de estos hallazgos constituye un tema no resuelto y
altamente desestabilizador para la necesaria cooperación internacional que se
requiere. (Ver: Declaración sobre Dignidad y Genoma
Humanos, Unesco).
Fuentes Internet:
Ver, en Internet: